Ay que cansao
Escribo esto desde el sofá, todo espanzarrado, usando un portátil prestado que se conecta a la wifi, mientras en la tele Jon Sistiaga habla de lo bien que se lo monta al-Qaeda en internet, aprovechando todo lo que la tecnología pone a su disposición, dominio de la edición de vídeo digital incluida.
La putada es que ahora la culpa de esto la tendrá la red, que es muy mala y deja que todo el mundo ponga a disposición del resto lo que le salga de las narices; se puede hablar de esto largo y tendido, seguro, pero hoy no me apetece darle vueltas. Tengo muuuuchos correos que responder, varios programas con los que pelearme y pocas ganas de hacer nada. Antena3 repite un capítulo de aquí no hay quien viva y en La 2 unos tios se juegan un bar a 100 partidos, uno por año...
Tengo la impresión de que me repito, de que siempre escribo sobre las mismas cosas, que si poner verde al personal político-controlador, que si esto es lo que hay... posiblemente sea así pero no me quita el sueño, así que aquí sigo, dando la chapa.
El Sistiaga me toca los cojones de verdad; tron, lo de hacer explosivos ya lo aprendimos en clase de química y no me parece demasiado noticioso que desde internet puedas bajarte el sonido de un disparo o de una tormenta.
La realidad está ahí y es un hecho que ya no se necesitan intermediarios para llegar al público, seas al-Qaeda, un músico o un programador de sistemas de gestión de charcuterías. Vamos a jugar a no matar al mensajero.
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